Aprieta el botón varias veces. Nada, que no baja...
Tintintin.
Por fin. Se abalanza sobre la puerta, y tira con fuerza. Del otro lado del metal, una fuerza igual empuja. Entre los dos, casi la sacan de sus goznes.
- ¡Eh! Buenos días -parpadea él, sorprendido.
Ella intenta sonreír. Con su alegría fingida se le escapa la primera lágrima. Maldita sea.
- ¿Estás...? ¿Estás bien?
Aprieta los labios. Asiente con fuerza. Un sollozo se le escapa, directamente desde el pecho, y rompe la barrera de los dientes. Las lágrimas ya son imparables.
- Ey, ey, ey... Ven aquí, vamos.
Y la abraza, sin preguntar nada más. Ella moja su camisa. Se fija en el tejido que enjuga sus lágrimas. Es de cuadros azules. Sonríe, sólo un poco. Enseguida vuelve a llorar.
- Es un gilipollas... -susurra al fin, cuando se siente un poco más dueña de sí misma.
Él asiente. La suelta. Ella se limpia la humedad de las mejillas de un digno manotazo.
- Buenos días -saluda de vuelta, como si no hubiese pasado nada.
Entra en el ascensor. A punto de cerrarse la puerta, susurra un tenue "Gracias". No sabe si lo ha oído, pero seguro que ha podido sentirlo.
Tintintin.
Por fin. Se abalanza sobre la puerta, y tira con fuerza. Del otro lado del metal, una fuerza igual empuja. Entre los dos, casi la sacan de sus goznes.
- ¡Eh! Buenos días -parpadea él, sorprendido.
Ella intenta sonreír. Con su alegría fingida se le escapa la primera lágrima. Maldita sea.
- ¿Estás...? ¿Estás bien?
Aprieta los labios. Asiente con fuerza. Un sollozo se le escapa, directamente desde el pecho, y rompe la barrera de los dientes. Las lágrimas ya son imparables.
- Ey, ey, ey... Ven aquí, vamos.
Y la abraza, sin preguntar nada más. Ella moja su camisa. Se fija en el tejido que enjuga sus lágrimas. Es de cuadros azules. Sonríe, sólo un poco. Enseguida vuelve a llorar.
- Es un gilipollas... -susurra al fin, cuando se siente un poco más dueña de sí misma.
Él asiente. La suelta. Ella se limpia la humedad de las mejillas de un digno manotazo.
- Buenos días -saluda de vuelta, como si no hubiese pasado nada.
Entra en el ascensor. A punto de cerrarse la puerta, susurra un tenue "Gracias". No sabe si lo ha oído, pero seguro que ha podido sentirlo.
Qué superrrrbonito :)
ResponderEliminarEs especial, si señor. Plantéate mandar esta recopilación el año q viene al Jordi. Sineramente te lo estoy diciendo.
Ay, ¡qué pena! ¡Me han entrado ganas de abrazarla a mí también!
ResponderEliminarPero menos mal que estaba él ahí...:)
Bonitobonito.