20.09.2010
Tintintin.
Cuarto piso.
Ana entra mirando a su espalda, inquieta.
- ¿Pasa algo, Ana?
-Tenía que salir... El sol se va a marchar, ¿sabes? Se acerca el otoño y ya quiere descansar... Pero tenía que decirle adiós antes de que se vaya, porque no volverá hasta la primavera, y sólo quedará su reflejo... Y mamá no quiere, pero tenía que salir.
-Ya veo... Dile adiós de mi parte, ¿vale?
-Deberías decírselo tú.
-Creo que a mí el sol no me escucharía...
-Yo no hablaba del sol.
Parpadea, confusa. ¿Cómo demonios lo ha sabido?
Tintintin.
Antes de poder preguntárselo, sale escopetada hacia la puerta pero, antes de salir, se vuelve y le sonríe.
-Oye, Miriam... Llámame, te quiero escuchar.
- ¿Quién te lo ha dicho?
Se encoge de hombros y ladea la cabeza.
-El sol.
-No me mientas.
-Sabes bien cómo soy, que no suelo mentir... Siempre que lo hice fue por verte sonreir.
Y ella sonríe.
-Gracias, Ana.
Ella asiente y, sin más, echa a correr por la acera. A despedir al sol.
Tintintin.
Cuarto piso.
Ana entra mirando a su espalda, inquieta.
- ¿Pasa algo, Ana?
-Tenía que salir... El sol se va a marchar, ¿sabes? Se acerca el otoño y ya quiere descansar... Pero tenía que decirle adiós antes de que se vaya, porque no volverá hasta la primavera, y sólo quedará su reflejo... Y mamá no quiere, pero tenía que salir.
-Ya veo... Dile adiós de mi parte, ¿vale?
-Deberías decírselo tú.
-Creo que a mí el sol no me escucharía...
-Yo no hablaba del sol.
Parpadea, confusa. ¿Cómo demonios lo ha sabido?
Tintintin.
Antes de poder preguntárselo, sale escopetada hacia la puerta pero, antes de salir, se vuelve y le sonríe.
-Oye, Miriam... Llámame, te quiero escuchar.
- ¿Quién te lo ha dicho?
Se encoge de hombros y ladea la cabeza.
-El sol.
-No me mientas.
-Sabes bien cómo soy, que no suelo mentir... Siempre que lo hice fue por verte sonreir.
Y ella sonríe.
-Gracias, Ana.
Ella asiente y, sin más, echa a correr por la acera. A despedir al sol.