martes, 20 de abril de 2010

XXXII


No llegaba tarde al instituto, no, llegaba lo siguiente. Se había dormido tanto que aún seguía soñando con el séptimo piso.


Tintintin.


Cuarto piso. Una adolescente rubia, con el pelo lleno de confeti dorado y la ropa más chillona que ha visto nunca se monta en el ascensor.

- WE ARE NOT WHAT YOU THINK WE ARE, WE ARE GOLDEN, WE ARE GOLDEN!!!


-Buenos días -contesta ella, cansada y con poco ánimo de aguantar a una grupi loca.


- ¡Y que lo digas! Madre mía, vengo de empalme del concierto de Mika... ¿Conoces a Mika, te gusta?


-No mucho.


-Pues tú te lo pierdes... Teenage dreams in a teenage circus!!


El ascensor bota y amenaza con caerse por los saltos de la colgada esta. Resopla, molesta.


-Perdona, perdona... Te estoy molestando, disculpa. Es que vengo... Buah. Buah, buah, buah. Pero no quería molestarte, perdona.


Tintintin.


Miriam sujeta la puerta y deja salir a la colgada, que sigue saltando y cantando de camino a la calle. Con un pie en la acera y otro en el portal, se da la vuelta y la deslumbra con su amplia sonrisa y sus ojos brillantes.


-Oye, ¿cómo te llamas?


-Miriam.


-Yo me llamo Rocío. Ro. Encantada.


Y sigue saltando de camino al colegio. Al final de la calle, se da la vuelta y grita:


- ¡Esto va a ser el principio de una gran amistad, ya verás!