lunes, 21 de junio de 2010

XLI


Entra en el portal todavía mirando el mensaje, como si no se lo creyese. Como si, por apartar un segundo la vista de la pantalla, pudiese desvanecerse. Pero deja de mirar al oír una voz.

- ¡Eh! ¡Despierta! -ríe, y la invita a entrar en el ascensor con un gesto- ¿Subes?

Asiente, y mientras entra en el ascensor se ilumina con una sonrisa espontánea, que salta desnuda a su rostro y juega con sus labios. Y él lo nota, y no puede hacer menos que preguntar.

- ¿Qué tienes ahí?

Le mira a los ojos, incapaz de hablar. Pero habla.

-Las notas de Selectividad, me las acaba de mandar una amiga...

Silencio.

-Bueno, ¿y? ¿Qué tal?

Silencio.

- ¡¡HE APROBADO!! ¡He aprobado, he aprobado, he aprobado! ¡Me da la nota, he aprobado, Dios mío!

Y salta, aunque sabe que se descolgará el ascensor. Y no puede evitar echarle los brazos al cuello y apretar, y pegar sus cuerpos. Aunque sabe que dolerá después, ahora no importa. Porque tiene el futuro abierto delante de sus ojos. En la pequeña pantalla de su móvil.

Tintintin.

Él, riendo, la coge de la cintura, abre la puerta y sale dándole una vuelta en el aire, que ella no espera pero agradece. Las carcajadas de ambos rompen el silencio del descansillo, y el resonar les baja a la tierra.

-Esto... Bueno, pues felicidades, pre-universitaria.

Le da los dos besos de rigor y ella, ruborizada, se recoge el pelo detrás de las orejas.

-Sí, eh... Gracias. Je. Eh... Bueno, me subo y tal...

Y se sube en el ascensor, y grita una vez más, pero esta vez en silencio. Comienza el verano.