Entra al portal y, cómo no... ¿Es que no hace más que salir y entrar en casa? Pero sonríe, y ella también. Porque él es una sonrisa, y calor, compañía y consuelo. Porque es navidad, y no puede enfadarse con él por tener novia... Porque no es justo ser tan egoísta y, aunque la vida no sea justa, no puede dejar de intentarlo.
Así que se acerca a él y se planta delante del ascensor, sin saber qué decir. Entonces él la mira y se ríe.
-Tienes... Tienes algo... Ahí -señala su mejilla.
- ¿Yo? ¿Dónde? ¿Aquí?
De pronto, estalla en carcajadas.
- ¡Inoceeente!
- ¿Qué?
-Que no tienes nada, boba...
Tintintin.
-Anda, entra -se sigue riendo-... Qué cara, madre mía, parecía que te había dicho que tenías una pulga o algo...
-Pero... Pero... ¡Pero el día de los inocentes fue ayer!
-Ya... Pero no te vi.
-Pues vaya porquería de inocentada... ¿No te han hablado de las bombas fétidas, ni nada? -ahora ríe ella también.
-Algo me han contado, pero... Es que soy demasiado bueno. Siempre me lo dicen.
-No hace falta que lo jures... -murmura ella, irónica.
- ¿Qué?
Tintintin.
-Nada, nada... Hasta luego.
-Hasta luego.
Cuando va a cerrar, ella se acuerda de algo. Duda. ¿Se lo pregunta? No quiere saberlo, pero seguro que él esperaba la pregunta...
- ¡Espera, espera, espera! -sujeta la puerta- ¿Qué tal con los suegros?Así que se acerca a él y se planta delante del ascensor, sin saber qué decir. Entonces él la mira y se ríe.
-Tienes... Tienes algo... Ahí -señala su mejilla.
- ¿Yo? ¿Dónde? ¿Aquí?
De pronto, estalla en carcajadas.
- ¡Inoceeente!
- ¿Qué?
-Que no tienes nada, boba...
Tintintin.
-Anda, entra -se sigue riendo-... Qué cara, madre mía, parecía que te había dicho que tenías una pulga o algo...
-Pero... Pero... ¡Pero el día de los inocentes fue ayer!
-Ya... Pero no te vi.
-Pues vaya porquería de inocentada... ¿No te han hablado de las bombas fétidas, ni nada? -ahora ríe ella también.
-Algo me han contado, pero... Es que soy demasiado bueno. Siempre me lo dicen.
-No hace falta que lo jures... -murmura ella, irónica.
- ¿Qué?
Tintintin.
-Nada, nada... Hasta luego.
-Hasta luego.
Cuando va a cerrar, ella se acuerda de algo. Duda. ¿Se lo pregunta? No quiere saberlo, pero seguro que él esperaba la pregunta...
-Ah... Bueno -se encoge de hombros-. Suegros. Ya sabes.
Sonríe. Sí, ya sabe.
-Más suerte la próxima.
-Si la hay...
Cierra la puerta, y el ascensor se pone en marcha, llevándosela junto a su pregunta. ¿Qué ha querido decir con "Si la hay"?...